Las toallas tienen una historia interesante que se remonta a la antigüedad. Aunque no se puede identificar un momento exacto en el que surgieron las primeras toallas, se cree que se desarrollaron de forma gradual a medida que las personas comenzaron a usar tejidos para secarse después de bañarse o para limpiar.

En las civilizaciones antiguas, como la egipcia, la griega y la romana, se utilizaban tejidos de lino y algodón para secarse después del baño. Estos tejidos se usaban principalmente por personas de clase alta y eran más como toallas rudimentarias que lo que consideraríamos como toallas hoy en día.

Sin embargo, la idea de una toalla más similar a lo que conocemos hoy probablemente evolucionó a lo largo del tiempo. Con el avance de la tecnología textil y la producción en masa de telas, las toallas se volvieron más comunes y accesibles para un público más amplio.

En la época moderna, las toallas se fabrican en una amplia variedad de materiales, como algodón, microfibra y bambú, y se utilizan para una variedad de propósitos, no solo para secarse después del baño, sino también para limpiar, en el gimnasio, en la playa y más.